JOHN GALLIANO trajo la espectacularidad y el teatro, RAF SIMMONS aportó la intelectualidad y la investigación en materiales y bordados y MARIA GRAZIA CHIURI, ex mitad de la dirección creativa de VALENTINO y la primera mujer en tomar las riendas de DIOR, ha traído... pues no nos ha quedado muy claro. Su discurso era prometedor: bajo la premisa de la feminidad propia de la firma, ella pretende dotarla también de feminismo. Una reivindicación que afecta a las múltiples caras de la femineidad y que puede aportar nuevos códigos a la casa francesa. "CHRISTIAN DIOR solo estuvo diez años. No puede ser todo sobre él", declaraba la diseñadora. Una declaración interesante si viene acompañada de una colección interesante... y ése no ha sido el caso. Looks que, a nuestro parecer, poco aportan a esa nueva feminidad por la que ella aboga y que nos parecen más una versión descafeinada de su trabajo en VALENTINO e incluso de la colecciones más urbanas que el gibraltareño creó en su día. ¿Faldas de tul? ¿Camisetas con mensajes? ¿Prendas, más propias de HERMES, que beben de la esgrima? Nada que sorprenda excepto por no sorprender. ¿A favor? Los vestidos de bordados inspirados en las cartas del tarot son una maravilla y nadie va a negar el preciosismo de muchas de las salidas que seguro harán las delicias del público más clásico de la casa, pero no creemos que acabe de cuajar en esa nueva generación de mujeres luchadoras que ella esgrime. Igual, menospreciar los "sólo" diez años de CHRISTIAN DIOR no ha sido la mejor idea. Aunque en esta época que estamos viviendo, serán las ventas las que sentencien el acierto o no de esta colección, y por desgracia, las ventas no siempre están unidas a la creatividad.

José Ramón Rocabert.