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WOLFGANG TILLMANS O LA EXPERIENCIA ÍNTIMA DE LA MIRADA

  • Ya estamos acostumbrados a los golpes maestros de los museos londinenses. Si hace poco os hablábamos de la imponente retrospectiva sobre Arte Queer de la Tate Britain, hoy queremos destacar la pedazo de exposición que la Tate Modern dedica al que sin duda es uno de los fotógrafos más originales y completos del momento, Wolfgang Tillmans. El pelotazo Tillmans lleva en cartel desde mitad de febrero y fija su clausura el próximo 11 de junio, así que si te hacía falta un último empujón para una visita a la capital británica, esta expo es el pretexto definitivo.

    Artista militante donde los haya (arduo defensor de los derechos homosexuales y comprometido pacifista), Wolfgang Tillmans fue uno de los protagonistas del golpe estético que supusieron los años 90 londinenses y ha sido desde entonces uno de los habitués de revistas como i-D o The Face.

    Iconoclasta, subversivo y hasta hace no mucho mal comprendido por críticos y coetáneos del sector artístico, Tillmans se ha consolidado como fotógrafo de la experiencia. Sus imágenes retratan escenas de la vida cotidiana en las que lo singular de su propia vida hace eco a lo general de un mundo marcado por la belleza de lo sencillo y la fragilidad de rostros y gestos. Como si de un diario visual se tratara, el trabajo del alemán recopila buena parte de las escenas que componen la vida contemporánea de cualquiera: plantas, comida, animales, interiores, jardines, muebles, objetos aparentemente anodinos y, sobre todo, cuerpos, muchos cuerpos que se tocan, se besan, se estiran, juegan o esperan.

  • Cuerpos que funcionan también como paisajes en la lente del fotógrafo, con sus accidentes, sus zonas de luz y de penumbra, sus trayectos y sus ángulos, casi siempre marcados por un aura de vulnerabilidad que pone en guardia a la mirada acostumbrada a los clichés de cierta fotografía de moda.

    No es por casualidad que el artista hable de sus imágenes como de "llamadas de atención" que nada tienen que ver con la inercia y lo casual. Más bien operan como un aviso contra la manipulación política y los riesgos resultantes de la crisis de sentido que azota a Occidente : TRUMPS, BREXITS y demás delirios. De hecho, la expo de la Tate, Wolfang Tillmans: 2017, arranca con una fecha clave: 2003, año de la invasión de Irak y de las masivas protestas de NO A LA GUERRA en las principales ciudades europeas.

  • Maestro de estirar los límites de la imagen fotográfica, la obra de Tillmans mezcla como pocas lo figurativo con la abstracción, el retrato con el paisaje, lo analógico con lo digital, lo íntimo con lo social y lo poético con lo político; todo ello con un dominio de la luz y el color que explican el codiciado premio Turner que le otorgaron en el año 2000 y la impresionante tournée de su obra por los principales museos y bienales del mundo.

    El show de fotografías dispuestas en el museo se completa con una instalación donde imagen, vídeo y sonido convierten la imponente sala TANKS de la TATE MODERN en un espacio experimental no apto para cardíacos.

    Si hay veces que una exposición tiene valor de oportunidad, la de Wolfgang Tillmans es, sin duda, una ocasión única para darle a la mirada un buen chute de experiencia visual contemporánea. Tienes hasta el 11 de Junio.

  • Ya estamos acostumbrados a los golpes maestros de los museos londinenses. Si hace poco os hablábamos de la imponente retrospectiva sobre Arte Queer de la Tate Britain, hoy queremos destacar la pedazo de exposición que la Tate Modern dedica al que sin duda es uno de los fotógrafos más originales y completos del momento, Wolfgang Tillmans. El pelotazo Tillmans lleva en cartel desde mitad de febrero y fija su clausura el próximo 11 de junio, así que si te hacía falta un último empujón para una visita a la capital británica, esta expo es el pretexto definitivo.

    Artista militante donde los haya (arduo defensor de los derechos homosexuales y comprometido pacifista), Wolfgang Tillmans fue uno de los protagonistas del golpe estético que supusieron los años 90 londinenses y ha sido desde entonces uno de los habitués de revistas como i-D o The Face.

    Iconoclasta, subversivo y hasta hace no mucho mal comprendido por críticos y coetáneos del sector artístico, Tillmans se ha consolidado como fotógrafo de la experiencia. Sus imágenes retratan escenas de la vida cotidiana en las que lo singular de su propia vida hace eco a lo general de un mundo marcado por la belleza de lo sencillo y la fragilidad de rostros y gestos. Como si de un diario visual se tratara, el trabajo del alemán recopila buena parte de las escenas que componen la vida contemporánea de cualquiera: plantas, comida, animales, interiores, jardines, muebles, objetos aparentemente anodinos y, sobre todo, cuerpos, muchos cuerpos que se tocan, se besan, se estiran, juegan o esperan.

  • Cuerpos que funcionan también como paisajes en la lente del fotógrafo, con sus accidentes, sus zonas de luz y de penumbra, sus trayectos y sus ángulos, casi siempre marcados por un aura de vulnerabilidad que pone en guardia a la mirada acostumbrada a los clichés de cierta fotografía de moda.

    No es por casualidad que el artista hable de sus imágenes como de "llamadas de atención" que nada tienen que ver con la inercia y lo casual. Más bien operan como un aviso contra la manipulación política y los riesgos resultantes de la crisis de sentido que azota a Occidente : TRUMPS, BREXITS y demás delirios. De hecho, la expo de la Tate, Wolfang Tillmans: 2017, arranca con una fecha clave: 2003, año de la invasión de Irak y de las masivas protestas de NO A LA GUERRA en las principales ciudades europeas.

  • Maestro de estirar los límites de la imagen fotográfica, la obra de Tillmans mezcla como pocas lo figurativo con la abstracción, el retrato con el paisaje, lo analógico con lo digital, lo íntimo con lo social y lo poético con lo político; todo ello con un dominio de la luz y el color que explican el codiciado premio Turner que le otorgaron en el año 2000 y la impresionante tournée de su obra por los principales museos y bienales del mundo.

    El show de fotografías dispuestas en el museo se completa con una instalación donde imagen, vídeo y sonido convierten la imponente sala TANKS de la TATE MODERN en un espacio experimental no apto para cardíacos.

    Si hay veces que una exposición tiene valor de oportunidad, la de Wolfgang Tillmans es, sin duda, una ocasión única para darle a la mirada un buen chute de experiencia visual contemporánea. Tienes hasta el 11 de Junio.

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