Qué alegría da cuando, en medio de la caspa de una industria cultural venida a menos en su defensa de la libertad, una institución hace gala de presente y da un puñetazo a las conciencias. Porque menudo bombazo el de la Tate Britain, qué sabor a actualidad. El célebre museo londinense se marca un punto histórico consagrando sus imponentes salas a la primera gran retrospectiva centrada en Arte Queer.
Coincidiendo con el 50 aniversario de la despenalización en Inglaterra de la homosexualidad masculina (que, ojo al dato, se produjo en 1967, es decir, antes de ayer!), Queer British Art recoge la obra de artistas de la talla de Man Ray, Cecil Beaton, Francis Bacon o David Hockney, entre otros, en cuyo trabajo trasluce una preocupación por la identidad, el género y la sexualidad. Piezas de finales de la época victoriana, más o menos explícitas, alegóricas o intimistas, como la maravillosa "Sappho and Erinna in a Garden" de Simeon Salomon, conviven con obras más relajadas y autorreferenciales como los "Self Portrait" de Laura Knight y de la maravillosa Claude Cahun, esa gran olvidada del mundo surrealista y antecedente fundamental de los loados trabajos de Cindy Sherman.