¿Qué mejor que hablar de una tendencia que está de moda, pero no sigue la moda, en una revista de moda para gente que no lee revistas de moda? Eso pensé yo justo antes de que mi cerebro entrara en colapso investigando qué podría ser interesante contaros en mi primer artículo para BRUNCH (he de deciros que colapsó igualmente cuando me hice la "multiredundante" pregunta que da comienzo a estas líneas).
Bien, vayamos al meollo del asunto. Imaginemos a la típica persona que se viste sin tener en cuenta las tendencias y las modas y que incluso desafía las leyes del buen gusto usando prendas como camisetas de algodón (lisas, insulsas y de oferta), chanclas con calcetines y vaqueros o pantalones chinos de colores como el caqui... vamos, lo que viene a ser el "uniforme de guiri". Pues aunque vayáis a quedaros "ojipláticos" ante lo que estáis a punto de leer, esa estética es ahora la más molona y moderna. Sí, es la estética NORMCORE.
Este término (que os aseguro que escucharéis bastante próximamente si no lo habíais "fichado" ya) fue acuñado por la agencia de previsión de tendencias K-Hole, que aunque lo define de forma más profunda, viene a decirnos que ya no mola planificar los looks como si nos fuese la vida en ello y que para ser cool y original, lo mejor es no serlo en absoluto. Según explica el fundador de la revista Garmento, Jeremy Lewis, en The Cut (sí, necesito ya una cita de autoridad que os demuestre que "la nueva" no está loca): "Hablamos del antilook, de mostrarse agotadoramente anodino, eximirse a uno mismo de la tendencias, para no ser como una oveja que sigue al rebaño".