Stefano Pilati y Phoebe Philo

Época de desfiles y? ¿época de estampidas?.

No hemos empezado con las verdaderas presentaciones para el invierno que viene (París, Milán y NY) y ya tenemos las dos primeras grandes bajas.

Stefano Pilati, después de poner la firma Ermenegildo Zegna en el top ten de los desfiles de Milán en tiempo record, abandona la casa italiana que ha estado dirigiendo desde el 2013.

Por otro lado, la exitosa Phoebe Philo anuncia también su retirada de la casa Céline, siendo la colección para el invierno que viene su último trabajo para la firma.

Ambos diseñadores habían encumbrado a sus ex-casas a los primero puestos del pódium de favoritos de público y crítica, por lo que ambas pérdidas son considerables.

En el caso de Phoebe, y ateniéndonos a antiguas decisiones suyas, parece que el deseo de pasar más tiempo con su familia puede ser la gran causa. De hecho es de las pocas diseñadoras que ha llevado al último extremo sus bajas maternales aunque ello supusiera el cambio de planes de sus patrones. Ya con Céline consiguió que sustituyera el desfile por una presentación debida a esta causa.

Pero nadie puede negar que la sombra de Lanvin está en el aire. La firma aún no tiene un nuevo director creativo tras la partida de Albert Elbaz.

Lo mismo ocurre con la firma Dior, aunque la opción de que alguno de los dos pasara a engrosar sus filas parece un poco lejana? aunque con la casa parisina nunca se sabe.

Donde si que parece que la sombra de Lanvin cobra mucha fuerza es en el caso de Stefano Pilati.

Viendo el trabajó que desarrolló para YSL, no se presenta como una mala opción, aunque viendo como salió el diseñador de casa francesa, no sabemos muy bien como le quedan ganas.

Si es cierto que la moda sin los negocios no sería nada, en los últimos tiempos parece que estos se están convirtiendo en la gran lacra de la creatividad de la primera.

Una obsesión por las ventas y los dividendos está haciendo, a nuestro parecer, un traspaso de diseñadores que no suelen llegar a buen puerto y cargándose el trabajo anteriormente realizado, un estrés que supone una barrera para la inventiva y una exigencia de resultados que hace imposible un desarrollo pausado del proceso creativo que muchas veces es necesario para ver un fin.

Ya que lo nombramos, ejemplo claro de ello es el caso de Dior y Raf Simons.
Aún somos muchos los que disfrutábamos enormemente con las colecciones que Simons estaba creado para Jil Sander y el camino que estaba tomando la firma bajo su dirección. Camino que quedó truncado cuando, suponemos, un golpe de talonario traspasó a belga a un nuevo territorio mucho más confuso y que irremediablemente llegó a un fin anunciado. Fin anunciado por el estrés al que estaba sometido el belga, que posiblemente fue lo que más le despistó en esta andadura.

En caso de que se confirmara el paso de Pilati a Lanvin, rezamos para que acabar con el trabajo increible que estaba desarrollando en Zegna merezca realmente la pena.

José Ramón Rocabert.