Por primera vez en su historia, la firma PRADA presentó en un desfile una colección crucero. Esa colección que nació en su origen para vestir de verano a las personas que viajaban en crucero en invierno, pero que al final es una excusa más para alimentar un mercado, cada vez más ansioso, de productos nuevos. Sin embargo, MIUCCIA confiesa que tildarla de CRUCERO ha sido más una decisión comercial que el concepto que ella misma tiene de esta propuesta. Y es cierto que esta colección, cruceros a parte o no, lo que ha sido es una vuelta a los orígenes de la firma. No podemos olvidar que PRADA, en sus inicios, era una firma de maletas y bolsos de viaje (el objetivo inicial de una colección crucero). Además, la presentación tuvo lugar en la GALLERIA VITTORIO EMANUELLE II, exactamente encima de la primera tienda que el abuelo de MIUCCIA PRADA abrió en 1973. Pero no contento con ello, la colección resultó una especie de repaso reinterpretativo de los grandes iconos de la firma italiana. No faltó el nylon, material que catapultó la firma allá en los 80. Hemos visto también motivos art-decó, referencias japonesas en incluso James Jean vuelve a colaborar con la firma creando sinuosos estampados de conejitos y libélulas. Transparencias femeninas con reminiscencias lenceras combinadas con piezas deportivas. En definitiva... PRADA, PRADA, PRADA.