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Son varios ya las voces que claman por una mayor continuidad en las colecciones. Una huida de esa idea de darle la vuelta a todo cada seis meses. Evolucionar que no repetir. Claros ejemplos de ello son firmas como GUCCI o VETEMENTS, cuyo éxito no parece quitarles la razón. Y eso es lo que hemos visto en la segunda colección de RAF SIMONS para
CALVIN KLEIN. Hubo cowboys, camareras de "dinners" y botas. Hubo evolución en las cheerleaders que quedan reducidas a su pompones de flecos (los vestidos finales, con su permiso, no pueden ser más maravillosos). Y hubo aportaciones nuevas. ANDY WARHOL y el arte POP comienzan a hacer su aparición en el uso del color o en imágenes impresas en distintos materiales. Vimos siluetas de los 50 en tejidos de Nylon. Vimos películas de terror. Desde Alfred Hitchcock y sus siluetas ajustadas de guantes infinitos a ?Se lo que hicisteis el último verano? y su aterrador pescador. "American horror, American dreams" declaraba SIMONS con esta nueva dosis de su visión de la cultura americana porque... ¿hay algo más americano que CALVIN KLEIN?
José Ramón Rocabert.