"Me encanta levantarme tarde y hacer un copioso desayuno-comida... Es muy de "rockstar". Mi BRUNCH PERFECTO sería en el jardín de mi casa, sin gente extraña alrededor (aunque casi siempre las historias más memorables ocurran siempre con extraños).
Vivimos en una pequeña comunidad de diez vecinos socialistas/caviar y tenemos un jardincito con una piscina sixties en forma de riñón que es nuestro rincón ajeno al mundo, nuestra arcadia particular durante las semanas de verano que permanecemos en Madrid. En el ático de nuestro inmueble hay un fantasma de un teclista de un famoso grupo de pop español y hace mucho años, en el primero, estuvieron los de la secta de LOS NIÑOS DE DIOS. Una comunidad con historia.
De hacer un brunch fuera de casa lo haría en el Ritz a espaldas de Neptuno, por aquello de hacer "people watching" y jugar a quién es narcotraficante y quién marqués".