Aún sabiendo que esto va de Brunch y no de tapas, a los diseñadores nos va estrechamente ligado al oficio eso de beber y comer sin horario, formato o disciplina. Somos un gremio que recupera fuerzas a la carrera, cuando puede. Tanto es así que a veces (en Milán en feria, por ejemplo) un gin tonic con el hielo derretido ya puntúa como comer caliente.
Así que para paliar tanta hambruna, hoy hemos decidido retomar el sabor de lo genuino español y contaros lo que está montando la AC/E (Acción Cultural Española) por el mundo. Una iniciativa llamada TAPAS: Spanish Design For Food (Ya se habrán aburrido de vender Velázquez y Goyas...).
La expo incluye más de 200 obras en las que el diseño coincide con la gastronomía. Así, realiza un recorrido a través del diseño español aplicado al ámbito de la cocina y la restauración. Con una selección de piezas que van desde un objeto menor, como un salero, a otras ya de más envergadura (léase vajilla, mobiliario o la decoración interior de restaurantes) para acabar en la arquitectura, con ejemplos de bodegas españolas.
Lo que maravilla es cómo se ilustran los últimos años de la íntima relación entre ambas disciplinas en España: desde nuestros "clásicos" más pedestres como la minipimer (que Gabriel Lluelles realizó para Pimer en 1959, tan española como el pincho de morcilla) a los ultra famosos Chupa Chups (creados en 1958 por Enric Bernat con logotipo de Salvador Dalí, ¡ni más, ni menos!) que ya forman parte del imaginario cosmopolita y están presentes hasta en la colección permanente del MoMA de Nueva York.