Hoy por fin se estrena la esperadísima La Guerra de las Galaxias. La saga galáctica estrena su Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, el primer capítulo de una nueva trilogía que promete recuperar el encanto de la original e inundar la calle con merchandising. En esta ocasión George Lucas, que concibió la idea original en 1977 y dirigió cuatro de sus seis partes, le cede el puesto al director neoyorkino J.J. Abrams.

El director, creador de series como Perdidos y más conocido por las nuevas generaciones, declinó en un primer momento hacerse cargo de la nueva entrega debido a la responsabilidad y compromiso que suponía hacerse cargo de la actualización de este fenómeno cultural. Esta negativa llevó a los productores a considerar a otros pesos pesados de Hollywood, como Christopher Nolan, Peter Jackson, Guillermo del Toro o incluso Ben Affleck.

No figuraba, en esta ocasión, el nombre de ningún español entre los candidatos, algo que le habría dado un sabor muy nuestro a un producto typical american. ¿Cómo sería La Guerra de las Galaxias reinventada por un director de aquí? Seguro que en algún universo paralelo existen estas versiones made in Spain, rodadas en nuestro país con sus naves espaciales de fabricación propia y todo...

Por ejemplo, en la versión dirigida por PEDRO ALMODOVAR, Darth Vader es en realidad una de las mujeres que tan bien caracteriza el manchego, pero no una cualquiera. Vader es una política transexual y viuda que, tras superar sus adicciones, busca salvar al hijo que perdió a manos de la secta La Alianza Rebelde.

Una historia en la que Leia se enamora de Luke en vez de Han Solo, sin saber que es en realidad su hermano gemelo y una de las frases más famosas de la historia del cine suena en realidad así: "Yo soy...tu madre". Ante las cámaras: Marisa Paredes (Darth Vader), Adrián Lastra (Luke Skywalker), Adriana Ugarte (princesa Leia) y Antonio de la Torre (Han Solo).

Si, por el contrario, los productores de este universo alternativo buscasen una visión más intimista y minimal de la historia, seguro que se lo habrían pedido a ISABEL COIXET. En su guión, Han Solo (interpretado seguramente por Benedict Cumberbatch) es un invidente que vive al cuidado de Chewbacca y se ve envuelto en una rebelión intergaláctica tras alojar en su casa a los rebeldes Luke Skywalker y Obi Wan Kenobi.

Las explosiones y las persecuciones espaciales serían sustituidas por soliloquios filosóficos acerca de La Fuerza y el drama interior de Skywalker, que vive con angustia por la responsabilidad de guiar a los rebeldes. Un space drama, vamos.

La Guerra de las Galaxias sería, también, una buena excusa para recuperar en la silla de dirección a JOSE LUIS GARCI, inactivo desde hace tres años. Con él la historia, el guión y los personajes son exactamente los mismos, pero ambientado en una galaxia de finales del s. XIX o principios del XX, y vestuario de época. Con polisones para ellas y capas para ellos. Las naves espaciales serían sustituidas por coches de caballos, y veríamos en el reparto caras de hoy, ayer, y siempre.

El Halcón Milenario sería el nombre de la montura de Han Solo, un bandolero que bien podría ser Miguel Ángel Silvestre, y junto a él: Juan Luis Galiardo, perfecto como Obi Wan Kenobi, y Maribel Verdú o Aitana Sanchez-Gijón en el papel de Leia, una atormentada dama de espíritu revolucionario.

Nada que ver con la versión de ALEX DE LA IGLESIA, una sátira cruenta de las películas del espacio con muchas dosis de humor negro. En su guión, Darth Vader será la reencarnación loca de algún dictador histórico, con violentas ansias de dominar la galaxia, y Luke, Leia, Han Solo y Obi Wan una brigada de élite militar galáctica que no pregunta antes de disparar. Ritmo frenético, explosiones, bastante sangre, Carolina Bang como princesa Leia y... Raphael como Darth Vader (ojalá).

En este universo paralelo también hay versiones maravillosas dirigidas por otros grandes, como Trueba, Bayona o Fernando León, y que solo podremos imaginar porque viajar en el espacio tiempo aún no se ha inventado. Pero ese tipo de locuras mejor se las dejamos a los directores americanos.

Félix Díaz de Escauriaza.