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EXPEDIENTE X: LOS GOYA

  • El pasado 4 de Feberro se celebró la gala de los Goya, los premios anuales del cine español. Una fiesta que cada año lo intenta... pero nunca llega. En su empeño por quitarse el sambenito de querer parecerse a los Oscar y hacer algo original, someten al telespectador a un espectáculo que incluye actuaciones musicales de los 90, un guión sin gracia o ritmo y decorados (y figurantes) que podrían haber sido comprados en Wallapop.

    Este año la presidenta de la Academia, la estupenda Yvonne Blake, prometió una gala "más austera, y a la vez más elegante y con más encanto". Es decir: para echarse a temblar. Aún así, y aunque incluso muchos profesionales del cine prefieran los Premios Feroz a estos, a los Goya hay que tenerlos cariño... los pobres. Celebran el cine español, que siempre viene bien y es un buen tema de conversación para el café del lunes en la oficina.

    Una cosa que sí tienen en común estos premios con los Oscar es que no garantizan en absoluto el éxito posterior a sus ganadores. A finales del año pasado leímos la noticia sobre la misteriosa venta de uno de los Goya del cineasta Juanma Bajo Ulloa en una tienda de segunda mano, y muchos de los premiados no levantan cabeza tras ganar, precisamente, un "cabezón" que debería asegurarles el futuro profesional. Estos son solo algunos ejemplos de este particular Expediente Goya:

  • ANDONI ERBURU (1 Goya de 1 nominación):

    Lo llaman "la maldición del actor revelación" y se ha cobrado ya varias víctimas. Andoni Erburu tenía solo nueve años cuando se convirtió en el actor español más joven en obtener un Goya, por su papel en Secretos del corazón (Montxo Armendáriz, 1997), película que además estuvo nominada al Oscar, y no hay nada que, a esa edad, le prepare a uno para tal éxito. Después de tres películas más, Erburu se vio sobrepasado y no volvió a ponerse frente a las cámaras. Prefirió dedicarse a sus estudios, hacer vida de niño normal y no ser un juguete roto (un concepto que nos encanta). ¡Bravo por él!

    BEBE (1 Goya de 3 nominaciones):

    El año en el que ganó el premio a la mejor canción original, la cantante también estaba nominada como actriz revelación por La educación de las hadas (José Luis Cuerda, 2006), después de varios papeles menores en películas y series. Todo parecía apuntar a que despegaba su carrera como actriz, sin embargo poco después de llevarse el galardón desapareció del mapa, tanto como actriz como compositora, y no volvió a dejarse ver hasta años más tarde. Otra ganadora, la actriz Pilar López de Ayala, también hizo un "sálvese quien pueda" post Goya, así que asumimos que o el premio quema, o no es oro todo lo que reluce.

  • ALBERT SOLÉ (1 Goya de 1 nominación):

    Lo que le pasó al director Albert Solé podría parecer una noticia de El Mundo Today, pero no lo es. En 2009 se llevó el Goya a la mejor película documental por Bucarest, la memoria perdida, y como es lógico en una noche de tantas emociones y felicidad, el premiado decidió salir a celebrarlo junto a su equipo. La mala suerte quiso que un crítico de cine, al ver al "cabezón" descansando en el guardarropa, decidiera birlarlo vilmente, con el consiguiente disgusto de su verdadero dueño. Aunque al día siguiente fue devuelto sano y salvo, el pobre Solé tuvo que sufrir lo suyo y desde entonces... la nada.

    ACHERO MAÑAS (3 Goya de 3 nominaciones):

    El primero se lo llevó como director en el 98 por un corto de ficción, y los dos siguientes, tres años más tarde con El Bola, como director y escritor: era, además, la segunda vez en la historia de los premios que la elegida como mejor película era dirigida por un director novel. La primera fue Tesis, de Amenábar (también en esta lista), en el 97, y quizá este sábado Raúl Arévalo repita su hazaña con Tarde para la ira. Si se lo lleva, esperamos que no le pase como a Mañas, experto en las "claves para no dirigir cine durante un periodo de 7 años". Y no lo decimos nosotros.

  • CANDELA PEÑA (3 Goya de 7 nominaciones):

    En su discurso, tras recoger el Goya a la mejor actriz de reparto en 2013 por Una pistola en cada mano (Cesc Gay), no solo dijo, muy alto y muy claro, que llevaba tres años sin actuar sino que aprovechó para pedir trabajo. Esta afirmación, y el hecho de que fuera en su tercera victoria, deja bien clarito que ganar no garantiza nada. En el caso de Candela Peña este año vuelve a estar nominada por el papelón que tiene en la divertidísima Kiki, el amor se hace (Paco León, 2016), y no ha parado de trabajar, así que su llamamiento fue un éxito.

    CARMELO GÓMEZ (2 Goya de 4 nominaciones):

    Este veteranísimo actor tiene una de las carreras más completas del panorama cinematográfico español, ha ganado un ganado un gran número de premios y ha trabajado con algunos de los mejores directores de este país. Esto, sin embargo, no ha impedido que hace dos años confirmase su intención de abandonar el cine para dedicarse al teatro y a la enseñanza de otros intérpretes debido, según dice, al mal estado del cine español. Esta afirmación tampoco es nueva, y es una constante en la historia de los premios, que se empeñan año tras año en darle lustre a una industria que, a veces, parece gafada.

  • ALEJANDRO AMENÁBAR (7 Goya de 14 nominaciones):

    Es uno de nuestros grandes directores y uno de los que más expectación levantan con cada nuevo proyecto que inicia. Dirige, produce, escribe y compone, y por todo ello ha sido premiado, y no solo en nuestro país, como prueban su Oscar, BAFTAs o el Festival de Berlín. Entonces... ¿por qué lo incluimos? Porque su último gran éxito fue en 2004, con Mar Adentro. Después llegaron Ágora (2009) y, hace dos años, Regresión, que nos dejó algo más que fríos. Desde aquí le pedimos que anuncie YA su próximo proyecto y nos sorprenda con un buena película, a ser posible protagonizada por Cate Blanchett y Quim Gutiérrez. Por pedir, que no quede.

    CARMEN MAURA (4 Goya de 6 nominaciones):

    Hollywood tiene a Meryl Streep, y nosotros la tenemos a ella. Es, junto a Verónica Forqué, la actriz con más premios Goya, sin embargo, y como bien contó en una entrevista en televisión, las desgracias y la mala suerte la han perseguido durante los últimos años: problemas con el fisco, desavenencias familiares y una mala relación con el director Pedro Almodóvar, machaconamente seguida por la prensa. Además de esto, profesionalmente en nuestro país no ha vuelto a deslumbrar desde Volver (Pedro Almodóvar, 2006). Queremos perdonarle la adaptación de la serie Las chicas de oro que hizo para televisión, por eso necesitamos que vuelva como se merece.

  • El pasado 4 de Feberro se celebró la gala de los Goya, los premios anuales del cine español. Una fiesta que cada año lo intenta... pero nunca llega. En su empeño por quitarse el sambenito de querer parecerse a los Oscar y hacer algo original, someten al telespectador a un espectáculo que incluye actuaciones musicales de los 90, un guión sin gracia o ritmo y decorados (y figurantes) que podrían haber sido comprados en Wallapop.

    Este año la presidenta de la Academia, la estupenda Yvonne Blake, prometió una gala "más austera, y a la vez más elegante y con más encanto". Es decir: para echarse a temblar. Aún así, y aunque incluso muchos profesionales del cine prefieran los Premios Feroz a estos, a los Goya hay que tenerlos cariño... los pobres. Celebran el cine español, que siempre viene bien y es un buen tema de conversación para el café del lunes en la oficina.

    Una cosa que sí tienen en común estos premios con los Oscar es que no garantizan en absoluto el éxito posterior a sus ganadores. A finales del año pasado leímos la noticia sobre la misteriosa venta de uno de los Goya del cineasta Juanma Bajo Ulloa en una tienda de segunda mano, y muchos de los premiados no levantan cabeza tras ganar, precisamente, un "cabezón" que debería asegurarles el futuro profesional. Estos son solo algunos ejemplos de este particular Expediente Goya:

  • ANDONI ERBURU (1 Goya de 1 nominación):

    Lo llaman "la maldición del actor revelación" y se ha cobrado ya varias víctimas. Andoni Erburu tenía solo nueve años cuando se convirtió en el actor español más joven en obtener un Goya, por su papel en Secretos del corazón (Montxo Armendáriz, 1997), película que además estuvo nominada al Oscar, y no hay nada que, a esa edad, le prepare a uno para tal éxito. Después de tres películas más, Erburu se vio sobrepasado y no volvió a ponerse frente a las cámaras. Prefirió dedicarse a sus estudios, hacer vida de niño normal y no ser un juguete roto (un concepto que nos encanta). ¡Bravo por él!

    BEBE (1 Goya de 3 nominaciones):

    El año en el que ganó el premio a la mejor canción original, la cantante también estaba nominada como actriz revelación por La educación de las hadas (José Luis Cuerda, 2006), después de varios papeles menores en películas y series. Todo parecía apuntar a que despegaba su carrera como actriz, sin embargo poco después de llevarse el galardón desapareció del mapa, tanto como actriz como compositora, y no volvió a dejarse ver hasta años más tarde. Otra ganadora, la actriz Pilar López de Ayala, también hizo un "sálvese quien pueda" post Goya, así que asumimos que o el premio quema, o no es oro todo lo que reluce.

  • ALBERT SOLÉ (1 Goya de 1 nominación):

    Lo que le pasó al director Albert Solé podría parecer una noticia de El Mundo Today, pero no lo es. En 2009 se llevó el Goya a la mejor película documental por Bucarest, la memoria perdida, y como es lógico en una noche de tantas emociones y felicidad, el premiado decidió salir a celebrarlo junto a su equipo. La mala suerte quiso que un crítico de cine, al ver al "cabezón" descansando en el guardarropa, decidiera birlarlo vilmente, con el consiguiente disgusto de su verdadero dueño. Aunque al día siguiente fue devuelto sano y salvo, el pobre Solé tuvo que sufrir lo suyo y desde entonces... la nada.

    ACHERO MAÑAS (3 Goya de 3 nominaciones):

    El primero se lo llevó como director en el 98 por un corto de ficción, y los dos siguientes, tres años más tarde con El Bola, como director y escritor: era, además, la segunda vez en la historia de los premios que la elegida como mejor película era dirigida por un director novel. La primera fue Tesis, de Amenábar (también en esta lista), en el 97, y quizá este sábado Raúl Arévalo repita su hazaña con Tarde para la ira. Si se lo lleva, esperamos que no le pase como a Mañas, experto en las "claves para no dirigir cine durante un periodo de 7 años". Y no lo decimos nosotros.

  • CANDELA PEÑA (3 Goya de 7 nominaciones):

    En su discurso, tras recoger el Goya a la mejor actriz de reparto en 2013 por Una pistola en cada mano (Cesc Gay), no solo dijo, muy alto y muy claro, que llevaba tres años sin actuar sino que aprovechó para pedir trabajo. Esta afirmación, y el hecho de que fuera en su tercera victoria, deja bien clarito que ganar no garantiza nada. En el caso de Candela Peña este año vuelve a estar nominada por el papelón que tiene en la divertidísima Kiki, el amor se hace (Paco León, 2016), y no ha parado de trabajar, así que su llamamiento fue un éxito.

    CARMELO GÓMEZ (2 Goya de 4 nominaciones):

    Este veteranísimo actor tiene una de las carreras más completas del panorama cinematográfico español, ha ganado un ganado un gran número de premios y ha trabajado con algunos de los mejores directores de este país. Esto, sin embargo, no ha impedido que hace dos años confirmase su intención de abandonar el cine para dedicarse al teatro y a la enseñanza de otros intérpretes debido, según dice, al mal estado del cine español. Esta afirmación tampoco es nueva, y es una constante en la historia de los premios, que se empeñan año tras año en darle lustre a una industria que, a veces, parece gafada.

  • ALEJANDRO AMENÁBAR (7 Goya de 14 nominaciones):

    Es uno de nuestros grandes directores y uno de los que más expectación levantan con cada nuevo proyecto que inicia. Dirige, produce, escribe y compone, y por todo ello ha sido premiado, y no solo en nuestro país, como prueban su Oscar, BAFTAs o el Festival de Berlín. Entonces... ¿por qué lo incluimos? Porque su último gran éxito fue en 2004, con Mar Adentro. Después llegaron Ágora (2009) y, hace dos años, Regresión, que nos dejó algo más que fríos. Desde aquí le pedimos que anuncie YA su próximo proyecto y nos sorprenda con un buena película, a ser posible protagonizada por Cate Blanchett y Quim Gutiérrez. Por pedir, que no quede.

    CARMEN MAURA (4 Goya de 6 nominaciones):

    Hollywood tiene a Meryl Streep, y nosotros la tenemos a ella. Es, junto a Verónica Forqué, la actriz con más premios Goya, sin embargo, y como bien contó en una entrevista en televisión, las desgracias y la mala suerte la han perseguido durante los últimos años: problemas con el fisco, desavenencias familiares y una mala relación con el director Pedro Almodóvar, machaconamente seguida por la prensa. Además de esto, profesionalmente en nuestro país no ha vuelto a deslumbrar desde Volver (Pedro Almodóvar, 2006). Queremos perdonarle la adaptación de la serie Las chicas de oro que hizo para televisión, por eso necesitamos que vuelva como se merece.

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