El ibuprofeno es ese invento maravilloso que existe para hacernos más llevaderas las resacas. Sin embargo, en BRUNCH pensamos que está demodé y apostamos por un remedio más tradicional y que consigue dejar nuestro cerebro en suspensión hasta dejarnos como nuevos: la televisión. Pero no cualquier programa, sino aquellos que entran dentro de un género muy particular, por encima de comedia o drama y que, desde tiempos inmemoriales, recibe el nombre de "placeres culpables".
En esta categoría entran todos aquellos contenidos que no somos capaces de ignorar y nos mantienen pegados a la pantalla, pero cuya calidad es tan cuestionable que los vemos con un característico sentimiento de vergüenza. No los necesitamos, pero los queremos. Es más? ¡los disfrutamos! Suelen ser "realities", cualquier programa de Telecinco o serie en la que actúe Alyssa Milano. Concursos, películas, e incluso libros, malos como el alcohol de segunda y que consiguen que nuestros cuerpos pasen del estado "trapo" a una regeneración, no digna, pero sí, presentable.
Y como disfrutar con lo último de Scorsese no está reñido con darse un atracón de "Granjero busca esposa", esta es nuestra selección de placeres culpables. Solo para vuestros ojos.