Hoy es el estreno mundial de la nueva película de Tom Ford, pero unos pocos privilegiados (y lo de pocos es literal pues no éramos más de 200) pudimos asistir ayer al pre-estreno en el que es, y lo digo sin miedo a equivocarme, el cine más bonito de Madrid: la Cineteca de Matadero era el lugar escogido para la premiere en petit comité que, con el mismo formato reducido casi íntimo se producía de forma simultánea en diversas ciudades europeas.

Algunos rostros conocidos, bastante prensa de moda y mucha expectación por ver la película dirigida por el diseñador al que en materia de cine parece que no se le da tampoco nada mal: Si su primera película (A Single Man) fue alabada por la crítica, su segundo largo ha sido además laureado con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Venecia.

Si hay algo que caracteriza el trabajo de Tom Ford es una factura impecable, y eso se extrapola también a su cine. Pero si en su primer film plasmaba un dolor sosegado, en Animales Nocturnos el drama es inquietante y tremendamente tenso: Ya sus títulos de crédito, de una belleza desgarradora, vaticinan que la historia no va a resultar cómoda. La película presenta una meta-trama en la que el amor y la crueldad se rozan con su protagonista, una Amy Adams que encarna el prototipo de mujer hastiada de su vida perfecta que en verdad no lo es tanto. El contenido de un paquete enviado por su ex marido (Jake Gyllenhaal at his best), del que no sabe nada desde hace 20 años, la obliga a enfrentarse a esa realidad y a las decisiones que ha ido tomando a lo largo de su vida, que para bien o para mal la han llevado al punto en el que está. Pero no es un enfrentamiento amable: es ácido, doloroso, una vendetta que la coloca frente a sus más oscuros fantasmas.

El film tiene una gran fuerza visual: una fantástica dirección de arte, una fotografía sobrecogedora y como no, un vestuario con sello Tom Ford pero orquestado por Arianne Phillips, quien ya le acompañó en A Single Man. La narrativa deja poco espacio a la respiración: es tensa, intensa y cruda. Una crudeza sofisticada, nada simple, que la hace aún más terrible. Ambientada en su Texas natal, la película de Ford ahonda en esa América profunda diametralmente opuesta al brillo de los focos y la pasarela. Animales Nocturnos es un thriller en toda regla que explora y pone de relieve las miserias humanas, apoyándose en una estética brutalmente bella e impactante. No apta para aprensivos o cardiacos ya que Tom Ford no se ha andado con miramientos a la hora de mostrar lo peor de cada personaje, pero aún y así, como se diría en la moda, la película es sin duda un auténtico must para este otoño.