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MARIVI IBARROLA, TESTIGO PRIVILEGIADO DE LA MOVIDA

  • Enrique Sierra de RADIO FUTURA

    Sus tres ojos fueron testigos privilegiados de una de las etapas más efervescentes de la cultura española. Cargada con su Nikomat, la fotógrafa Marivi Ibarrola retrató las poses y los posos de toda una generación hambrienta de libertad y de ambiciones creativas. A esa época convertida en mito la llamaron La Movida.

    Ahora que Marivi expone una parte de su inmenso archivo fotográfico en las paredes de El Imparcial (Duque de Alba, 4. Madrid) una se pregunta cómo es posible que su obra haya tenido una visibilidad tan limitada en la ciudad. Abrimos una hipótesis: si todo mito se fabrica con relatos -textuales y visuales- que se vuelven hegemónicos, ocurre también que hay miradas que se marginalizan del discurso oficial. La pregunta sería entonces: ¿nos siguen faltando otras miradas que reflejen la cara de aquellos años? Y si es así, ¿por qué se quedaron fuera?

    Para dar respuesta charlamos con Marivi Ibarrola sobre estas y otras cuestiones y sobre su expo INMERSIÓN EN LA PECERA: RETRATO CULTURAL DE LOS AÑOS 80.

    ¿Qué supusieron los años 80 para Marivi Ibarrola?
    Fue el comienzo de mi carrera profesional, el aprendizaje, el enfrentamiento a la vida, sin mis progenitores. Cuando tuve que adquirir todos los recursos a mi alcance para poder ejercer de fotógrafo. Con todo lo experimentado y aprendiendo de los errores, perdí la timidez de acercarme al objeto.

  • Marivi Ibarrola con Joe Strummer.

    Pedro Almodovar en el rodaje de MATADOR.

    ¿Qué significaba ser mujer y fotógrafa en esa época?
    Cuando empecé pensé que todo sería más fácil. Publicaba decenas de fotografías en muchas revistas especializadas como Metal Hurlanch, Ruta 66, Rock Espezial (hoy Rock de Lux), Devórame (suplemento joven del Diario Vasco) o Diario 16, por mencionar algunas. Sin embargo, siempre me dio la impresión de que el tamaño de las fotos publicadas era demasiado pequeño. Además, a veces las imágenes no estaban bien acreditadas, una lucha continua que sigue actualmente. También pienso que la obra de muchos de mis contemporáneos ha tenido mucha más visibilidad que la mía. ¿El motivo? Posiblemente haya varios. El mundo de la fotografía de prensa, donde abunda el género masculino, es un muy competitivo y todo el mundo se vigila de reojo. Aunque nos llevamos bien, salvando algún empujón que otro... Ha habido grandes miradas femeninas en la historia de la fotografía y progresivamente van saliendo autoras que estaban sepultadas bajo de los muros del ámbito doméstico.

    Se ha comentado muchas veces que el relato de aquellos años ha estado muy mediatizado por las voces de lo políticamente correcto.  Tú, con tus tres ojos, seguro que viste más que muchos.  ¿Tienes la sensación de que ?quedan cosas por contar y, sobre todo, por mostrar de aquellos años?
    Claro que sí,  hay muchas realidades que contar, parece que sólo salen a luz los tópicos que recrea el sistema. Sin embargo, hay muchísimos matices que se quedan en el subterráneo. La Historia contemporánea nos enseña que es muy difícil de distinguir el grano de la paja.

  • Nacho Canut y Alaska.

    Kartatu.

    Tus fotografías respiran todo el color de unos años definidos por la libertad. En nuestros días, en los que el placer es más democrático que nunca,  ¿crees que puede retratarse una atmósfera similar?
    Claro que sí, la representación del placer y de la libertad en la vida se pueden retratar ahora, sobre todo cuando no existe la simulación de la felicidad y la instantánea se recrea con un tipo de luz natural o un encuadre especial. Y siempre está la mirada del fotógrafo, entre otros factores... Yo optaba  por carrete de B/N porque tenía la posibilidad de cargar los chasis y positivarlo en el cuarto oscuro. Pero tengo muchísimo color, todavía sin digitalizar.

    Construiste la mayor parte de tu archivo fotográfico tirando de una Nikomat y de muchas horas de laboratorio.  ¿Cómo llevas el salto a la cultura digital?
    Bien, llevamos ya cerca de veinte años de revolución digital. De repente pudimos digitalizar los negativos y diapositivas de 35 mm. Y vimos el positivo en la pantalla sin pasar por el proceso fotoquímico. Hoy el ordenador y los programas de revelado digital son el laboratorio del profesional. Esto no quita que en la era del cable, despilfarremos miles de fotografías y erremos en muchas ocasiones en el perfil auténtico de la realidad.

    Cuéntanos el recuerdo de una noche apoteósica.
    Le puede pasar a cualquiera, no tienes ningún plan interesante, pero decides salir a la calle... porque las cuatro paredes, puro cemento de tu casa, se te caen encima. Y entonces te encuentras a gente maravillosa, positiva, imaginativa, que te lleva a un lugar diferente...y vives una quimera. Esto ha sido la dinámica de muchas noches apoteósicas de mi vida.

  • Derribos Arias.

    ¿Cómo te posiciones frente a eso de que  cualquier tiempo pasado nos parece mejor ?
    No, creo que le meilleur est à venir. Es el eslogan de una camiseta que lleve este verano, me sentía tal cual. Bueno, cada edad tiene sus placeres, aunque no siempre se cumplan...

    Los 80 fueron también años marcados por el ritmo eufórico del rock y del punk.  ¿Tú  qué  bailas ahora?
    Me encanta bailar y lo hago siempre que se pueda, si la música que oigo me gusta. Es una desinhibición total, aunque no siempre está bien vista.

    ¿Qué le depara el futuro a Marivi Ibarrola?
    Ni idea... Veo el futuro como la acción de fotografiar, seguir adelante, digitalizar y positivar el archivo analógico de los 80´,90´. Continuar editando libros, llevar a cabo todos los proyectos, seguir enseñando y aprendiendo...


  • Enrique Sierra de RADIO FUTURA

    Sus tres ojos fueron testigos privilegiados de una de las etapas más efervescentes de la cultura española. Cargada con su Nikomat, la fotógrafa Marivi Ibarrola retrató las poses y los posos de toda una generación hambrienta de libertad y de ambiciones creativas. A esa época convertida en mito la llamaron La Movida.

    Ahora que Marivi expone una parte de su inmenso archivo fotográfico en las paredes de El Imparcial (Duque de Alba, 4. Madrid) una se pregunta cómo es posible que su obra haya tenido una visibilidad tan limitada en la ciudad. Abrimos una hipótesis: si todo mito se fabrica con relatos -textuales y visuales- que se vuelven hegemónicos, ocurre también que hay miradas que se marginalizan del discurso oficial. La pregunta sería entonces: ¿nos siguen faltando otras miradas que reflejen la cara de aquellos años? Y si es así, ¿por qué se quedaron fuera?

    Para dar respuesta charlamos con Marivi Ibarrola sobre estas y otras cuestiones y sobre su expo INMERSIÓN EN LA PECERA: RETRATO CULTURAL DE LOS AÑOS 80.

    ¿Qué supusieron los años 80 para Marivi Ibarrola?
    Fue el comienzo de mi carrera profesional, el aprendizaje, el enfrentamiento a la vida, sin mis progenitores. Cuando tuve que adquirir todos los recursos a mi alcance para poder ejercer de fotógrafo. Con todo lo experimentado y aprendiendo de los errores, perdí la timidez de acercarme al objeto.

  • Marivi Ibarrola con Joe Strummer.

    Pedro Almodovar en el rodaje de MATADOR.

    ¿Qué significaba ser mujer y fotógrafa en esa época?
    Cuando empecé pensé que todo sería más fácil. Publicaba decenas de fotografías en muchas revistas especializadas como Metal Hurlanch, Ruta 66, Rock Espezial (hoy Rock de Lux), Devórame (suplemento joven del Diario Vasco) o Diario 16, por mencionar algunas. Sin embargo, siempre me dio la impresión de que el tamaño de las fotos publicadas era demasiado pequeño. Además, a veces las imágenes no estaban bien acreditadas, una lucha continua que sigue actualmente. También pienso que la obra de muchos de mis contemporáneos ha tenido mucha más visibilidad que la mía. ¿El motivo? Posiblemente haya varios. El mundo de la fotografía de prensa, donde abunda el género masculino, es un muy competitivo y todo el mundo se vigila de reojo. Aunque nos llevamos bien, salvando algún empujón que otro... Ha habido grandes miradas femeninas en la historia de la fotografía y progresivamente van saliendo autoras que estaban sepultadas bajo de los muros del ámbito doméstico.

    Se ha comentado muchas veces que el relato de aquellos años ha estado muy mediatizado por las voces de lo políticamente correcto.  Tú, con tus tres ojos, seguro que viste más que muchos.  ¿Tienes la sensación de que ?quedan cosas por contar y, sobre todo, por mostrar de aquellos años?
    Claro que sí,  hay muchas realidades que contar, parece que sólo salen a luz los tópicos que recrea el sistema. Sin embargo, hay muchísimos matices que se quedan en el subterráneo. La Historia contemporánea nos enseña que es muy difícil de distinguir el grano de la paja.

  • Nacho Canut y Alaska.

    Kartatu.

    Tus fotografías respiran todo el color de unos años definidos por la libertad. En nuestros días, en los que el placer es más democrático que nunca,  ¿crees que puede retratarse una atmósfera similar?
    Claro que sí, la representación del placer y de la libertad en la vida se pueden retratar ahora, sobre todo cuando no existe la simulación de la felicidad y la instantánea se recrea con un tipo de luz natural o un encuadre especial. Y siempre está la mirada del fotógrafo, entre otros factores... Yo optaba  por carrete de B/N porque tenía la posibilidad de cargar los chasis y positivarlo en el cuarto oscuro. Pero tengo muchísimo color, todavía sin digitalizar.

    Construiste la mayor parte de tu archivo fotográfico tirando de una Nikomat y de muchas horas de laboratorio.  ¿Cómo llevas el salto a la cultura digital?
    Bien, llevamos ya cerca de veinte años de revolución digital. De repente pudimos digitalizar los negativos y diapositivas de 35 mm. Y vimos el positivo en la pantalla sin pasar por el proceso fotoquímico. Hoy el ordenador y los programas de revelado digital son el laboratorio del profesional. Esto no quita que en la era del cable, despilfarremos miles de fotografías y erremos en muchas ocasiones en el perfil auténtico de la realidad.

    Cuéntanos el recuerdo de una noche apoteósica.
    Le puede pasar a cualquiera, no tienes ningún plan interesante, pero decides salir a la calle... porque las cuatro paredes, puro cemento de tu casa, se te caen encima. Y entonces te encuentras a gente maravillosa, positiva, imaginativa, que te lleva a un lugar diferente...y vives una quimera. Esto ha sido la dinámica de muchas noches apoteósicas de mi vida.

  • Derribos Arias.

    ¿Cómo te posiciones frente a eso de que  cualquier tiempo pasado nos parece mejor ?
    No, creo que le meilleur est à venir. Es el eslogan de una camiseta que lleve este verano, me sentía tal cual. Bueno, cada edad tiene sus placeres, aunque no siempre se cumplan...

    Los 80 fueron también años marcados por el ritmo eufórico del rock y del punk.  ¿Tú  qué  bailas ahora?
    Me encanta bailar y lo hago siempre que se pueda, si la música que oigo me gusta. Es una desinhibición total, aunque no siempre está bien vista.

    ¿Qué le depara el futuro a Marivi Ibarrola?
    Ni idea... Veo el futuro como la acción de fotografiar, seguir adelante, digitalizar y positivar el archivo analógico de los 80´,90´. Continuar editando libros, llevar a cabo todos los proyectos, seguir enseñando y aprendiendo...


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