Después de intentar responder (sin éxito) a uno de los más grandes enigmas de la humanidad: "¿A qué huelen las nubes?", decidí centrarme en la segunda duda existencial que asalta sin descanso al homo sapiens sapiens del siglo XXI, a saber: "¿Qué lleva una mujer en su bolso?". Tras googlear estas palabras y enfrentarme a los miles de artículos y "videotutoriales" o las divertidas ilustraciones de BRUNCH donde juegan a averiguar quienes son la dueñas de los mismos según su contenido, me di cuenta de que mi pregunta estaba obsoleta. Ahora ya no importa qué guardamos las mujeres en nuestro bolso (principalmente porque en la mayoría de los modelos solo cabe el móvil y unas cuantas monedas), ahora lo que atormenta nuestro pensamiento es cómo debemos llevar el susodicho complemento.
Antes de que pulséis la "X" de vuestro navegador, creyendo que la respuesta está clara y que es una pérdida de tiempo introduciros en tan superflua reflexión, he de deciros que, en contra de lo que podáis pensar, los bolsos ya no se llevan colgados del hombro. No señor. Desde que el clutch (bolso de mano de toda la vida) abandonase su papel festivo y se introdujese en los estilismos diarios, el resto de modelos también vienen dispuestos a incomodarnos. Por obra y gracia de los grandes de la moda (Chanel, Stella McCartney, Céline, Kenzo o Saint Laurent, entre otros) poco importa que los bolsos lleven correas o sean del tamaño de la bolsa del gimnasio: todos se llevan en la mano.