Dentro del panorama cinematográfico internacional, España es uno de los países más importantes y cuyas producciones gozan de mayor prestigio. Artistas como Almodóvar, Penélope Cruz y Javier Bardem o Antonio Banderas han hecho muchísimo por el nombre de nuestro país y han allanado el camino para que otros profesionales, desde Amenábar a Bayona, sean reconocidos no solo por el público más allá de nuestras fronteras, sino también por las principales productoras, que los solicitan para rodar proyectos estratégicos.

También ha hecho mucho por nuestra tradición cultural el Festival de San Sebastián, que este año cumple su edición número 65 y es el único con categoría A de nuestro país. Un reconocimiento internacional que solo se otorga a aquellos que gozan de mayor calidad en cuanto a las películas seleccionadas en competición, en el jurado, y otros parámetros como sus infraestructuras o la contribución global al sector. Una categoría que lo sitúa al mismo nivel que otros como Venecia, Cannes o Berlín.

AGENDA DEL FESTIVAL:

Estar en todo lo que ocurre desde el 22 de septiembre al 30, día en que se clausura el Festival, es complicadísimo debido a la gran cantidad de secciones que componen San Sebastián. Es uno de los eventos que más hacen por los artistas, no solo por los ya consolidados, sino también por aquellos autores que comienzan, estudiantes y por directores que todavía no cuentan con el apoyo económico necesario para finalizar sus filmes. En la sección Glocal in Progress, por ejemplo, se presentan cortes y cintas incompletas, o en posproducción, que aquí pueden encontrar la financiación necesaria para poder estrenarse.

Además, están: la Sección Oficial, en la que entran las películas a concurso y otras especiales que no optan al premio; y otras como Nuevos Directores, Horizontes Latinos o la llamada Perlas del festival, que este año proyectará mother!, la última, y muy polémica, película de Darren Aronofski, con Jennifer Lawrence y Javier Bardem. En este festival existen incluso espacios y programas dedicados al cine infantil, al gastronómico y también sobre películas de temática deportiva y de aventura. Un paraíso para los amantes del cine.

TAMBIÉN SE VERÁ:

A pesar de que no tenga todo el glamour de otras citas cinematográficas como Cannes o Venecia, en las que Hollywood suele presentar sus apuestas de cara a la campaña de Navidad y los Oscar, San Sebastián ha tenido la suerte de recibir la visita de profesionales muy importantes no solo del panorama nacional. Hollywood le tiene gran aprecio al festival, quizá por carecer de la rigidez y política de los anteriores o por una ubicación con un gran valor añadido cultural y gastronómico para los invitados. De hecho, fue el lugar elegido por Hitchcock para estrenar sus películas Vértigo, en 1958, y Con la muerte en los talones, al año siguiente; y también ha albergado las presentaciones europeas de otros dos grandes: Steven Spielberg, que proyectó Tiburón (1975), y George Lucas con La Guerra de las Galaxias (1977).

Este año Win Wenders, junto con la oscarizada Alicia Vikander, muestra su último título, Submergence, y también James Franco, que dirige The disaster artist, en la que también actúa y, por lo que dice la prensa que ya la ha visto, de forma magistral. Una de las novedades que llegan en esta edición es la inclusión de series de televisión en la Sección Oficial, algo que ya se hizo en Cannes debido el empuje de la "pequeña pantalla", cada vez mayor y de mejor calidad. En este caso se podrán ver en primicia La Peste, la serie que ha dirigido Alberto Rodríguez (La isla mínima), y Vergüenza, una comedia con Javier Gutiérrez y Malena Alterio, ambas producidas por Movistar+.

BETTE DAVIS EN LA CONCHA:

Los 60 años de vida del festival han dado para muchas anécdotas y visitas especiales. Desde el casi enfrentamiento público entre Lana Turner y Mickey Rooney hasta el cubo de agua que Fernando Trueba le lanzó al crítico de cine de El País, Diego Galán, en 1982. Pero hay una visita que se recuerda con especial cariño en San Sebastián, y es la que hizo la leyenda del cine Bette Davis. Fue invitada, en principio, para participar en el homenaje al director James Whale, con el que había trabajado en una de sus cintas, y nadie se esperaba que fuera a aceptar la invitación, dado su delicado estado de salud. Sin embargo lo hizo -cuentan que tras consultarlo con Gregory Peck- y desde la organización acordaron, ya puestos, entregarle el Premio Donostia y homenajearla como se merecía.

Se alojó en el Hotel María Cristina, el lugar en el que se quedan la gran mayoría de estrellas invitadas, y cuidó cada paso que daba con la clase de las estrellas del Hollywood dorado, desde su ubicación y llegada al escenario durante la ceremonia de entrega del premio, hasta qué llevaría puesto y quién la maquillaría. A pesar de estar gravemente enferma, y sin casi fuerzas para mantenerse en pie, su visita al festival fue un éxito que todos recuerdan en San Sebastián y su último acto público, ya que murió pocos días después de abandonar la ciudad.