Brunch Magazine | Una revista de moda para gente que no lee revistas de moda

FEMINISMO CACA-CULO-PEDO-PIS

  • El pasado 8 de marzo mi WhatsApp despertó con una inusitada hiper-actividad y me desayuné ojeando el sinfín de mensajes "felicitándome" por el Día de la Mujer Trabajadora... En pleno siglo XXI eso no debería ser motivo de felicidad o regocijo sino de normalidad absoluta, así que queridos amigos: ¿No os parece que felicitarnos por ser mujeres trabajadoras en los tiempos que corren tiene un cierto regusto a micro-machismo?. Just saying.

    Otra guerra es el tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres: ahí quedan aún muchas batallas que librar pero hay que hacerlo con la cautela de un funambulista, porque existe una delgada línea entre la libertad de la mujer y la castración de la feminidad, y suelen ser las propias mujeres las que a veces, en pro del respeto, olvidan respetar a los que piensan o actúan diferente. Si hay un blanco fácil y recurrente es el mundo de la moda: su pretendida frivolidad y su carga estética son carne de cañón para aquellos que mezclan sin pudor feminismo y desfeminización como única combinación posible, sin darse cuenta de que ir contra la estética no hace otra cosa que generar una nueva estética en si misma.

    La moda ha hecho históricamente mucho en pro de la liberación de la mujer, pero vivimos tiempos de un cierto yihaidismo feminista, en parte propiciado por la capacidad de exposición que ofrecen hoy las redes sociales y que resulta una postura tan límite que casi se roza con el machismo que tanto rechaza: mujeres que cuestionan a otras mujeres, que pretenden marcar límites, que invalidan todo aquello que escapa a su criterio.

  • Imágenes de la campaña de Saint Laurent. Hoy se decide sobre su posible retirada.

    Mientras el mundo entero alababa la pasada semana a las mujeres, en París, adalid de la liberté, se les caía esa palabra del escudo cuando la Autoridad Reguladora Profesional de Publicidad anunciaba que tomaría medidas ante el aluvión de solicitudes de retirada de la nueva campaña de Saint Laurent por numerosos grupos feministas: resulta que las mismas que se pintan slogans en las tetas en sus manifestaciones contra el hetero-patriarcado, encuentran que las posturas con piernas entreabiertas de las modelos en la campaña "denigran a la mujer" e "incitan a la violación"... ver para creer. En los 70 la película Emmanuelle era el súmmum de la liberación de la mujer, pero con los tiempos que corren en cualquier momento aparecerá una talibana del feminismo que creará un change.org para hacerla desaparecer del mapa.

  • Emma Watson con vestido de tul seleccionado por (sorpresa!) una mujer: Jessica Diehl. Y las de Femen.

    Y entretanto las mismas que enarbolan la bandera de que la mujeres son dueñas de si mismas y de su cuerpo, esas que nos dan leccioncitas al resto porque se echan a las calles a luchar por la igualdad mientras la demás la practicamos tomando vinos con amigos mientras nuestros chicos hacen la compra en el super y viceversa al día siguiente...

    ESAS MUJERES incendiaban hace unos días las redes cuando salieron a la luz las fotos de la actriz Emma Watson posando para la revista Vanity Fair. La mente de miles de ellas entró en cortocircuito al ver que una declarada (y constatada) camarada feminista posaba con un look que adivinaba sus pechos: Resulta que en la mani si, pero en una revista no. ¡Qué piel tan fina tenemos a veces!. La propia Watson salía al paso de la polémica declarando no entender muy bien qué tiene que ver su feminismo con sus tetas. Al fin y al cabo, ¿no se trata de normalizar y respetar?. Y en cualquier caso, ¿está reñido el feminismo con la feminidad?, y peor aún, ¿está reñido con la belleza o la estética?.

  • El "Almuerzo Desnudo" con Jose Ramón Rocabert en el Chelsea Hotel (Nueva York, año 2008)

    Soy mujer. Gozo de reconocimiento profesional, moral y económico. Vivo como quiero. Trabajo (y mucho) indistintamente con hombres y mujeres y procuro rodearme de personas que se interrelacionan con naturalidad independientemente de ser hombres, mujeres, género neutro o marcianos, me aseguro sin gestos gradilocuentes de que la igualdad sea una constante. Pero señores, también uso tacones, cuanto más altos mejor. Me depilo el sobaco porque sudar de más me parece una asquerosidad innecesaria. Luzco escote en cuanto tengo ocasión (porque puedo), enseño pierna y me pinto los labios de rojo porque tener conciencia no está reñido con querer estar lo más bella posible, no para el resto de mortales sino simplemente para la mirada que me devuelve el espejo cada mañana. Estar guapa no es una esclavitud, es una satisfacción personal. Y si, soy fan de la campaña de Saint Laurent con mujeres que abrazan su feminidad sin miedo y que son dueñas de su propio cuerpo, sexualizándolo si les da la gana. Y soy muy fan también de la Watson, porque chiquis, las tetas son patrimonio exclusivo de una misma, y una las enseña cuando quiere, donde quiere y a quién quiere porque no son más que un trozo de piel. Ahí van las mías.

    @annitarodriguez

  • El pasado 8 de marzo mi WhatsApp despertó con una inusitada hiper-actividad y me desayuné ojeando el sinfín de mensajes "felicitándome" por el Día de la Mujer Trabajadora... En pleno siglo XXI eso no debería ser motivo de felicidad o regocijo sino de normalidad absoluta, así que queridos amigos: ¿No os parece que felicitarnos por ser mujeres trabajadoras en los tiempos que corren tiene un cierto regusto a micro-machismo?. Just saying.

    Otra guerra es el tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres: ahí quedan aún muchas batallas que librar pero hay que hacerlo con la cautela de un funambulista, porque existe una delgada línea entre la libertad de la mujer y la castración de la feminidad, y suelen ser las propias mujeres las que a veces, en pro del respeto, olvidan respetar a los que piensan o actúan diferente. Si hay un blanco fácil y recurrente es el mundo de la moda: su pretendida frivolidad y su carga estética son carne de cañón para aquellos que mezclan sin pudor feminismo y desfeminización como única combinación posible, sin darse cuenta de que ir contra la estética no hace otra cosa que generar una nueva estética en si misma.

    La moda ha hecho históricamente mucho en pro de la liberación de la mujer, pero vivimos tiempos de un cierto yihaidismo feminista, en parte propiciado por la capacidad de exposición que ofrecen hoy las redes sociales y que resulta una postura tan límite que casi se roza con el machismo que tanto rechaza: mujeres que cuestionan a otras mujeres, que pretenden marcar límites, que invalidan todo aquello que escapa a su criterio.

  • Imágenes de la campaña de Saint Laurent. Hoy se decide sobre su posible retirada.

    Mientras el mundo entero alababa la pasada semana a las mujeres, en París, adalid de la liberté, se les caía esa palabra del escudo cuando la Autoridad Reguladora Profesional de Publicidad anunciaba que tomaría medidas ante el aluvión de solicitudes de retirada de la nueva campaña de Saint Laurent por numerosos grupos feministas: resulta que las mismas que se pintan slogans en las tetas en sus manifestaciones contra el hetero-patriarcado, encuentran que las posturas con piernas entreabiertas de las modelos en la campaña "denigran a la mujer" e "incitan a la violación"... ver para creer. En los 70 la película Emmanuelle era el súmmum de la liberación de la mujer, pero con los tiempos que corren en cualquier momento aparecerá una talibana del feminismo que creará un change.org para hacerla desaparecer del mapa.

  • Emma Watson con vestido de tul seleccionado por (sorpresa!) una mujer: Jessica Diehl. Y las de Femen.

    Y entretanto las mismas que enarbolan la bandera de que la mujeres son dueñas de si mismas y de su cuerpo, esas que nos dan leccioncitas al resto porque se echan a las calles a luchar por la igualdad mientras la demás la practicamos tomando vinos con amigos mientras nuestros chicos hacen la compra en el super y viceversa al día siguiente...

    ESAS MUJERES incendiaban hace unos días las redes cuando salieron a la luz las fotos de la actriz Emma Watson posando para la revista Vanity Fair. La mente de miles de ellas entró en cortocircuito al ver que una declarada (y constatada) camarada feminista posaba con un look que adivinaba sus pechos: Resulta que en la mani si, pero en una revista no. ¡Qué piel tan fina tenemos a veces!. La propia Watson salía al paso de la polémica declarando no entender muy bien qué tiene que ver su feminismo con sus tetas. Al fin y al cabo, ¿no se trata de normalizar y respetar?. Y en cualquier caso, ¿está reñido el feminismo con la feminidad?, y peor aún, ¿está reñido con la belleza o la estética?.

  • El "Almuerzo Desnudo" con Jose Ramón Rocabert en el Chelsea Hotel (Nueva York, año 2008)

    Soy mujer. Gozo de reconocimiento profesional, moral y económico. Vivo como quiero. Trabajo (y mucho) indistintamente con hombres y mujeres y procuro rodearme de personas que se interrelacionan con naturalidad independientemente de ser hombres, mujeres, género neutro o marcianos, me aseguro sin gestos gradilocuentes de que la igualdad sea una constante. Pero señores, también uso tacones, cuanto más altos mejor. Me depilo el sobaco porque sudar de más me parece una asquerosidad innecesaria. Luzco escote en cuanto tengo ocasión (porque puedo), enseño pierna y me pinto los labios de rojo porque tener conciencia no está reñido con querer estar lo más bella posible, no para el resto de mortales sino simplemente para la mirada que me devuelve el espejo cada mañana. Estar guapa no es una esclavitud, es una satisfacción personal. Y si, soy fan de la campaña de Saint Laurent con mujeres que abrazan su feminidad sin miedo y que son dueñas de su propio cuerpo, sexualizándolo si les da la gana. Y soy muy fan también de la Watson, porque chiquis, las tetas son patrimonio exclusivo de una misma, y una las enseña cuando quiere, donde quiere y a quién quiere porque no son más que un trozo de piel. Ahí van las mías.

    @annitarodriguez

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