Si esta Semana Santa tenéis la idea de pasarla en Miami, os damos una razón más para decidiros

El hedonismo y la tentación se dan cita en la instalación del Museum of Ice Cream, un espacio dedicado íntegramente al helado que se ha convertido en el templo del selfie.

El color rosa chicle predomina y se mezcla con los tonos pop que recuerdan a las fachadas Art Deco de Miami Beach. Cada sala sorprende: columpios en forma de plátano amarillo-chillón, cuevas escondidas recubiertas de piñas rosas metálicas, una piscina llena de chispitas de colores y todo el helado que uno quiera tomar.

El museo nos invita a despojarnos de cualquier pretensión y a dar rienda suelta a la diversión. Las cuatro plantas del museo parecen haber sido concebidas y diseñadas íntegramente para hacer fotos dignas de la cuenta más exigente de Instagram. Hasta los empleados del museo están pendientes para disparar todas las fotos que hagan falta. Una invitación tentadora a sumergirnos en la banalidad de la era virtual de las redes sociales.

Un espacio que nos recuerda lo importante que es divertirnos por el mero hecho de divertirnos, igual que un helado, un capricho, sin una razón necesaria. Miami sienta bien, igual que un helado dulce, cremoso y prohibitivo.

El MOIC Miami es uno de los cuatro museos efímeros del helado junto con los de Los Ángeles y Nueva York (ya terminados) y aunque aún también podéis visitarlo en San Francisco (abierto hasta finales de mayo 2018).

El museo de Miami se podrá visitar hasta finales de abril y más vale que os hagáis con una entrada AQUÍ, ya que vuelan.

Mónica Montero.