CROACIA:
El destino perfecto para aquellos que quieran huir de la urbe y perderse en la naturaleza. Y es que Croacia enamora. Bañada por el Adriático, la tierra de las mil islas ofrece a sus visitantes calas desiertas de aguas turquesa, parques naturales, ciudades medievales con siglos de historia en cada piedra, gastronomía y mucha, mucha cultura.
Una de estas joyas arquitectónicas es el Palacio Diocleciano, ubicado en el centro histórico de Split. Un lugar que rebosa vida y variedad con el continuo ir y venir de los ferrys. Coged uno de ellos para descubrir la encantadora isla de Hvar. Tan impronunciable como sorprendente, en esta isla parece que el tiempo ha pasado de largo sin dejar huella y si no fuera por los smartphones y los palos selfie de los viajeros costaría creer que nos encontramos en pleno siglo XXI. Disfrutad de un tranquilo paseo por sus callejuelas y plazas a orillas del mar. Aquí también podréis comprar uno de los regalos más típicos de Croacia, realizados por artesanos de la zona con la lavanda como ingrediente común. Desde cremas hasta bolsitas aromáticas para el armario. Si lo que os va es la aventura, es posible alquilar una pequeña embarcación y convertiros en los amos y señores de alguno de sus islotes de aguas cristalinas, al menos por unas horas. Y al atardecer, para acabar bien el día, un mojito en una de las hamacas de la playa de Bol, en un ambiente chill out.