70 AÑOS DE POLÉMICAS:
Como suele ser habitual, podríamos decir que los escándalos de cada edición comienzan un año antes, durante la lectura del palmarés del año anterior, que nunca es unánime. Este año, además, a la organización le llovieron las críticas nada más desvelarse el poster oficial, que rescataba una fotografía vintage de la actriz Claudia Cardinale... visiblemente retocada con Photoshop. Lo realmente importante, sin embargo, es el hecho de que dos películas de Netflix, pensadas para la televisión, Okja -del coreano Bon Jong Ho- y The Meyerowitz Stories (New and Selected) -del americano Noah Baumbach- podrían hacerse con la Palma de Oro. Los distribuidores franceses pusieron el grito en el cielo, exigiendo que las cintas respetasen la ley francesa de estrenarse en cines, y no estar disponibles para su consumo casero hasta tres años después. Al final, la dirección del Festival ha claudicado, y parece ser que el año que viene Netflix deberá acatar esta petición si quiere participar. Sin duda un antes y un después en Cannes.