Pedro García.

Huérfana de padre: así se ha quedado la industria del calzado española al perder a uno de sus principales estandartes...

Pedro García, el hombre que supo dar un giro al heredado negocio familiar y llevar los zapatos de su firma homónima a los escaparates más exclusivos del mundo como Berdgorf Goodman, allá por los 60, nos ha dejado para siempre. El hombre que no sucumbió a los encantos la globalización y ha mantenido con orgullo durante décadas la etiqueta Made in Spain, produciendo de forma totalmente artesanal en Elda, Alicante.

El hombre que en los 90 dio el relevo a sus hijos Pedro y Mila, quienes mantienen con mimo y esmero el legado paterno y esa filosofía que consigue aunar lujo y confort de una forma admirablemente sorprendente, consiguiendo que el 75% de sus ventas sean fuera de nuestras fronteras.

El hombre que construyó una marca admirada en todo el mundo que cuenta con auténticos adeptos, pues cuando calzas por primera vez unos Pedro García ya no puedes salir de ellos...

Recordamos estas palabras suyas:
"Pienso que para que el proyecto Pedro García haya sobrevivido tres generaciones en el mundo del calzado hemos tenido que hacer algo bien. Siempre agradecí a mi padre que hubiera empezado un negocio de la nada, que después yo tuve la oportunidad de continuar y ampliar, y ahora agradezco a mis hijos su buen trabajo, ya que sin ellos no hubiera sido posible llegar hasta aquí y cumplir con lo que había sido la ilusión de toda mi vida. Por eso digo que soy una generación sándwich y continúo agradecido a las dos partes. A mi padre, su legado. A mis hijos, el haber deseado continuar con él."

Descanse en paz, maestro.